Buscando lograr un espacio que conectara el recorrido peatonal del Boulevard Ávila Camacho con el mar, donde se pudiera lograr una experiencia tanto formal como relajada, se intervino un terreno en forma irregular planteando el Restaurante Playa, el cual por medio de un juego de terrazas escalonadas llenas de vegetación y con puntos de contemplación hacia el mar y un cascaron traslucido climatizado de 2 niveles, que en combinación de materiales naturales como el bambo y la palma junto con el concreto aparente y el cristal, logran un volumen balanceado muy abierto hacia su fachada Este que aprovecha la visual y ventilación y muy cerrado en su fachada Norte logrando protección y privacidad hacia la vía pública, creando así un ambiente mixto en donde cualquier usuario puede sentirse cómodo durante su estancia.
